mark-cuban-de-vendedor-de-bolsas-de-basura-multimillonario-mediaticoLa motivación y la disciplina. El alcanzar sus metas, por pequeñas que fueran, fue lo que llevó a este hombre al éxito. Mark Cuban tiene solo 55 años, pero su trayectoria hace pensar que lleva mucho más tiempo en esta tierra.

Este estadounidense creció en un suburbio de Pittsburgh, en Pennsylvania. Su padre no le dejó ninguna herencia ni tampoco era un hombre de dinero. Él se dedicaba a tapizar autos, algo muy humilde. Su hijo era un ávido jugador de baloncesto y le dijo que quería un par de zapatillas Puma, de las más costosas.

Sin embargo, la respuesta de su padre fue certera: “no te las puedo pagar”.

Entonces, y con tan solo 12 años, Cuban salió a comprar bolsas de basura para luego venderlas puerta a puerta y así recaudar el dinero que necesitaba para comprar las zapatillas.

Además, comenzó a trabajar como cadete en una tienda local y trabajó como empleado en una fiambrería, en donde tenía que usar la cortadora. Pero eso no fue todo. Cuban durante su juventud también comenzó a ir a los campamentos de verano como empleado de la cafetería.

Para pagar la facultad (estudió en la Universidad de Indiana), dio lecciones de baile y compró y administró un bar. Siempre vio la oportunidad de hacer negocios, en vez de usar su dinero para gastarlo. Así fue como comenzó a armar su capital.

Ya en los años 80, cuando los usuarios de computadoras cargaban diskettes por todos lados para llevar la información de una máquina a otra, Cuban apostó por el “networking” o la comunicación de computadoras en red. Esto lo llevó a fundar MicroSolutions, una pequeña compañía pero que empresarios tecnológicos vieron que tenía potencial.

A sus 31 años la vendió a CompuServe y para esta edad, Cuban ya contaba con su primer millón de dólares. Él tiene un don especial por los negocios, por conocer cuál será el futuro de la evolución de la tecnología y de saber cuándo comprar y cuándo vender acciones.

Con ese talento innato fue que en los años 90 comenzó la transmisión de programas de radio a través de Internet. El programa era simplemente pasar los juegos de baloncesto de Indiana en vivo. En un principio fue solo para sus amigos. Pero, junto con Todd Wagner, estos empresarios lograron hacer que su “bebé” creciera hasta convertirse en Broadcast.com, una compañía multimedia.

Cuban siguió cosechando éxitos con el advenimiento del nuevo siglo y los continuos avances de la tecnología. En el año 2002, muchas empresas envidiaban sus estrategias de marketing innovadoras y su olfato para la dirección en que se movería la industria.

Para ese entonces estaba apenas naciendo el interés por la televisión en alta definición y los operadores de cable estaban pasando a formato digital. Y en ese momento fue cuando Cuban decidió invertir en esta tecnología, la cual puso a funcionar a través del canal HDNet, el cual transmitió en un principio contenido deportivo. Aunque el canal ya no es de su propiedad, sigue siendo parte importante de las decisiones que se toman. Por otro lado, Cuban es dueño del equipo de baloncesto Dallas Mavericks, además de la cadena de cines más grande en Estados Unidos y de la distribuidora de películas Magnolia Pictures.

Mark Cuban, el marketing y los deportes

El desempeño que ha tenido este empresario multimillonario se ha basado también en todo lo relacionado con los deportes y con cómo aplicar el marketing a esta industria.

Recientemente publicó un libro digital, llamado How to Win at the Sport of Business y allí expone varias de las fórmulas que lo condujeron al éxito. Además, tiene un blog en el que publica constantemente sus ideas. Aquí le presentamos algunas:

– Estar pendiente del ciclo en el que está un equipo

Para poder ganar más fanáticos y que esto se convierta en ganancia y en entradas a los estadios, hay que encontrar aquellos equipos que están en una senda de partidos ganados recientemente, ya que esto les dará razones para ir a ver los partidos.

– Reconocer a los fanáticos de largo plazo

Es un trabajo duro pero hay que dedicar tiempo a conocer a sus clientes y tratarlos lo mejor posible. Si no, se van.

– Permitir que los fanáticos compren donde quieren

Aunque la página web de su equipo de baloncesto permite a los clientes comprar las entradas para los partidos, hay sitios más especializados en donde además se pueden conseguir boletos para conciertos y conferencias. Si el cliente lo quiere así, hay que dárselos.

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