El chocolate solía ser considerado como el manjar de los dioses, y no es para menos, ya que nadie en el mundo puede resistirse al sabor de este derivado del cacao. Hoy en día, a nivel mundial existen reconocidas marcas que son quienes marcan la pauta en la chocolatería, pero hay una que está en el primer lugar de preferencias: Felfort.

La historia de la marca Felfort comienza en 1912, cuando su fundador, Felipe Fort, con sólo 12 años y una simple piedra, refinó una bolsa de cacao hasta convertirla, después de mucho esfuerzo, en bombones para vender.

La constancia es lo más importante

Felipe Fort lograba procesar hasta 5 kilogramos de cacao cada noche, restándole horas a su descanso para tener un buen producto que ofrecer. Varios años después, a los 18 años, logró comprar la primera refinadora mecánica que lo impulsaría al éxito.

La empresa fue ganando prestigio, y esto se notaba en cada producto elaborado. La calidad del chocolate que ofrecía al público era superior notoriamente a los de los competidores. Posteriormente fue añadiendo más productos a la carta ofrecida a los clientes, pero el primero de ellos siempre fue los bombones.

A esto le siguieron una innovación, que fueron los caramelos, seguidos de los huevos de Pascua. Esto fue uno de los más grandes aciertos de la compañía, ya que para ese entonces absolutamente nadie los fabricaba dentro de la Argentina, sino que eran importados directamente de Europa.

Luego un grupo de maestros turroneros se unieron a Felfort para poner a disposición del público una deliciosa y exclusiva línea de turrones que causaron furor. Nuevamente Felipe Fort acertaba en las golosinas que seleccionaba para vender.

La herencia del poderHistoria de marcas Felfort

En 1926 fue inaugurado el edificio de planta que se sigue utilizando hoy en día, donde en tan sólo 5000 m2 se daría vida a miles de golosinas con el poder de alegrar a quienes las degustaran.

Casi 4 décadas más tarde, en 1963, Carlos Augusto Fort, hijo de Felipe Fort, asume la presidencia de la compañía, marcando una pauta muy importante dentro de las políticas empresariales de Felfort: esta compañía sería una empresa familiar siempre que fuese posible.

Crecimiento constante

Bajo el ojo de Carlos A. Fort, la compañía sufrió su siguiente expansión, con lo que para 1987, la planta original ahora abarcaba los 12.500 m2 y continúa en expansión hasta la fecha. En este espacio tiene la tecnología más avanzada posible para la creación de toda su gama de golosinas: chocolates, cereales, turrones, caramelos, y chicles, entre otros.

Una de las políticas de esta compañía es que sólo avanzan al siguiente nivel una vez que se alcancen y consoliden los logros correspondientes, para ir creciendo en bases sólidas y seguir el ejemplo de Felipe Fort.

En la actualidad, esta compañía se encuentra bajo el mando de la tercera generación Fort. Sus nietos llevan la batuta de la empresa familiar, con todo el orgullo que representa formar parte de una de las marcas más tradicionales de la Argentina.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies