El establecimiento de objetivos es de gran utilidad para tener una vida satisfactoria; no solo sirven para indicarte el camino a seguir, sino que le dan un sentido a tu vida, ayudándote a que te sientas motivado y lleno de energía para actuar adecuadamente, pero además también sirven para organizar tu tiempo y tus recursos, así como a adquirir, o aprender, todos aquellos conocimientos, habilidades y destrezas que pudieras necesitar. Por todo esto, es una muy buena idea que comiences a definir tus objetivos personales.

Al ir cumpliendo tus objetivos, tu autoconfianza se incrementará ya que tendrás pruebas de todas las cosas que puedes lograr si de verdad lo deseas.

Paso 1: ¿Qué es lo que quieres lograr en tu vida?

Esta será la primera pregunta responder, de tal manera que el resultado será un panorama general de lo que quieres. Ten en cuenta que deberás tener en cuenta todas las áreas de tu vida: profesional, financiera, educación o preparación, familiar, artística, física o de la salud, ocio y lo que quieres hacer para hacer del mundo un mejor lugar. No te olvide de evaluar tus actitudes y cómo estas ayudan o perjudican el logro de tus objetivos, para saber si necesitas cambiar algo sobre esto.

Por lo menos identifica un objetivo principial para cada una de estas áreas, realmente significativos en los que puedas enfocarte.

Paso 2: Divídelos en pequeños objetivosCómo definir tus objetivos personales

Una vez que hayas identificado cuáles serán tus objetivos personales, lo siguiente es crear un plan de acción más concreto, formado por objetivos más pequeños a ir cumpliendo en un tiempo determinado. Claro está que esos pequeños objetivos deben de contribuir al logro de tus objetivos significativos.

La idea es ir descomponiendo esas acciones cada vez más hasta llegar a una lista diaria de actividades, que te ayude a conseguir tus objetivos a largo plazo.

Es importante considerar que, para que un objetivo esté bien planteado debe de tener las siguientes características:

  • Ser significativo para ti y posible de alcanzar.
  • Medibles, o que puedas saber, en cualquier momento, tus avances en su cumplimiento.
  • Orientados a la acción.
  • Relevantes para tu vida.
  • Tener un límite de tiempo para su cumplimiento.
  • Deben de ser lo suficientemente difíciles para que supongan un reto para ti, pero no demasiado como para que te desanimes por no poder cumplirlos.

A las características anteriores, se le suma el que un objetivo debe ser flexible para, si fuera necesario, hacerle modificaciones; y que debe de estar planteado en afirmativo, esto significa que en lugar de incluir las cosas que no debes hacer, escribe todas esas cosas que si debes hacer.

Paso 3: Monitorea tus avances

Ya que estés poniendo en práctica tu plan de acción, será esencial que monitorees constantemente los resultados. Esto te ayudará a saber en dónde estás, cuánto te falta y si es necesario hacerle algún cambio a tu planificación inicial.

Recuerda que no solo se trata de definir tus objetivos personales, sino de conseguirlos, mientras disfrutas del proceso y te mantienes motivado.

 

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